jueves, 14 de junio de 2007

GLORIOSO.

No llores, nos dicen, ¿cómo podés llorar por el fútbol?.
Gente grande, nos retan, opio de los pueblos, filosofan, y vos llorás, Hermano Cuervo,
llorás por San Lorenzo, somos campeones otra vez, y te das cuenta de que ahora,
en este instante, San Lorenzo no es fútbol, es otra cosa, es esa primera tarde en que te
llevaron, tu viejo, un tío, el abuelo; y es esa canción que aprendiste al ritmo de bombo
y redoblante, deslumbrante descubrimiento musical, y los viajes, el tablón, el trapo, las
canciones que solo puede crear la Gloriosa. San Lorenzo es la camiseta descolorida
que recuerda aquel viaje a rosario en el 95, cuando pinto el cielo azulgranado,
igualito al de ayer, y que en el colegio iba debajo del guardapolvo.
San Lorenzo es tu vieja cosiendo la bandera, o tu abuela cosiendote la bufanda,
es el abrazo que te das con tu hermano y que encuentra ahí, en ese idioma que
los dos conocen, la mejor excusa para transmitir cariño.
San Lorenzo es la prueba de que sí, que se puede ser fiel a un ideal, a una quimera,
que vale la pena no renunciar a algo a pesar de las derrotas, los sufrimientos,
los sueños postergados, y que ganar no es todo, que la grandeza hay que demostrarla
en las malas, poniendo el pecho cuando otros abandonan.
San Lorenzo no es el más poderoso. Y eso es maravilloso, porque les gana a ellos,
a los poderosos, y les baila en la cresta, los deja pataleando en su propio snobismo y se ríe,
por que ser Cuervo es ser optimista, gracioso, burlón, irónico, mordaz, ya lo dijo el Diego,
la hinchada mas ingeniosa. La Gloriosa.



Gracias muchachos, por esta revancha. Suya y nuestra.
No se cayeron. Jugaron cuando había que jugar, metieron siempre,
se identificaron con la gente y están en la historia del club.
De verdad, éste desahogo no se olvidará más.




ABRAZO DE CAMPEON.

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