lunes, 23 de marzo de 2009

Milanesas...

Uno tiene momentos. Y éste es uno de los míos. Escribo mucho y cuelgo poco en el blog, ¿porqué?, verdaderamente no lo sé.

De movida me re copaba con el blog, colgaba como 10 o más cosas por mes. Faaaaa!.

¿Abré perdido la chispa? ¿seré que estoy más aburguesado que antes con el trabajo y no le puedo dedicar un ratito a corregir lo que escribo y colgarlo? ¿Habrá sido algo fugaz mi relación con el Internet? ¿Porqué estoy pensando esto?

¿Realmente me creo que alguien está esperando que yo suba algo? definitivamente no, estoy seguro que no. Pero bueh, hay como 4500 visitas desde aquella apertura hara un año y un cacho. No, seguro que son personas que caen de casualidad y ni siquiera leen nada, me estoy haciendo la cabeza al pedo...

... No, no, no... en verdad hay gente que me visita seguido, desconocidos, conocidos y no tanto que alguna que otra vez me dijeron algo acerca de esta "milanga". ¿Entonces?

Entonces sí, éste blog va a ir transformandose. Va a ser como ese muñeco que es un globo relleno de harina y uno le pone la forma que quiere, ¿vieron?... bueno va a ser algo así. Algo medio abstracto, no va a dejar su escencia. Pero necesito algo de ustedes, de esos 4500. O de aquel que entre aquí por casualidad, causalidad, intereses, o lo que sea... pero llegó.

Lo que les voy a pedir es simple, habilité acá al costado algo que ahora está re de moda en los blogs que es eso de "mis seguidores", estaria bueno que vayan llenando sus solicitudes y se unan a la causa. O sino, que comenten algún posteo mio. Cualquiera. Tampoco tiene que ser exclusivamente del tema del post, sino de lo que tengan ganas. Que me usen de psicologo, gratis. De cura, y confesarse gratis. De abogado, y que no te juzgue, gratis. Nada acá será censurado (salvo los virus y los comentarios que sean hirientes hacia otros amigos que comenten).

Es eso, es simple... ¿se copan?...

Gracias... por el apoyo y por el aguante!, la medialuna toca en todas partes!

p.d: me enganché con operación triunfo, quién lo diria?

domingo, 15 de marzo de 2009

Pura Vida.

Un miércoles de marzo, en el que no fui a trabajar. Llegué y el agua ya estaba chillando en el fuego, y en la mesa un plato con el biscochuelo tibio, de vainilla. El reloj de péndulo, colgado torcido en esa esquina de la casa, sonó y marcó las 16 horas de una tarde celeste, de 22 23 grados. La tele de 14 pulgadas clavada en esa telenovela que seguía desde meriados del octubre pasado, era de esas de actores centroamericanos, con historias pedorras, pero el momento era tan nuestro que la comentabamos como la mejor historia de Shakespeare.

El deportivo de Clarín, siempre ahí, esperando a ser leído.

Me pasaste un mate y me preguntaste cómo estaba con la facu. Mi respuesta hizo que tu retruque no me deje bajar los brazos. Y me tomaste la mano que reposaba en la mesa, y me dijiste eso, peor es no intentarlo. Me miraste con esos ojos castaños que nunca en mi vida voy a olvidar.

Nos reímos de mi vieja, esa que llamabas "más loca que la flauta". Me dijiste que mi viejo era rezongón pero un gran tipo, que pese a esos arranques hay un amor que siempre siempre lo pone de manifiesto de maneras poco ortodoxas. Pero que es tan necesario que sea así...

El plato de biscochuelo ya estaba vacío, la telenovela terminada, el agua fría y tu mano seguía envolviendo la mía. Te dije que me volvía a casa y mucho no te gustó, me reí, te reíste y me dijiste bueno, esperá que te acompaño hasta la puerta.

Ya en la vereda me dijiste que le mande saludos a todos, que le de para adelante con la facu, y me diste esos hermosos besos que das, esos que me dabas vos, dos, pero en el mismo cachete y casi sin despegar tu boca de mi. Esperaste que llegue a la esquina, me de media vuelta y te salude con la mano. Esa era tu magia.

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Y ahí me desperté, eran las 12 más o menos. Mi noche habia transcorrido en un bolichito de Palermo, entre fernet, cervezas y música que no se bailar. Rodeado de amigos y amigas. Me había acostado tipo 6 y media.
Así fue mi despertar, entre la melancolía y riendome solo abrazando a la almohada. Me desperté, me lavé la cara, los diestes y me miré al espejo, los ojos rojos. Y me eché a reír de nuevo y agaché la cabeza y miré que estaba gordo. Ahí me tenté.
Limpie un poco la casa, mientras se calentaba el agua. Me senté con mi termo y mi mate, colgué mis piernas de otra silla y me puse a ver los simpsons.

Me hubiese encantado que haya un platito lleno de biscochuelo y en la tele una telenovela pésima. Lo más hermoso de todo ésto es que vos éstas siempre conmigo.

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Te amo y te extraño, vieja. Te amo y te extraño, abu.