miércoles, 28 de mayo de 2008

El intento.


Piensa la cabeza, actúa el cuerpo, se equivoca el ser humano.
Ser humano implica ser y no tanto, tener. Ronda de acciones destacan las virtudes y condenan los defectos del ser y dejarse ser.
El corazón bombea y si vos no te crees, lo bombardeas.
Vamos!, mirad hacia adelante.
Siempre te entristeces por lo que perdiste y no hiciste, sin pensar que puedes hacerlo ahora. Los hechos no son perecederos.

martes, 27 de mayo de 2008

Aroma a jazmín...

Ella ha tenido un día agitado, ya desde el comienzo. Su despertador no había logrado despertarla a tiempo, tuvo que hacer todo muy velozmente, asearse y salir sin desayunar. Al llegar a la parada del colectivo se encontró con que no tenía monedas. Llegó al trabajo media hora tarde, perdió el presentismo y debía entregar tres informes ese mismo día.
Agotada y desprolija llama al ascensor para bajar los dos pisos que la depositaban en el hall y, posteriormente, salía a la calle. Había terminado una larga y tediosa extensión laboral. De mal humor y como puede sube al colectivo de vuelta a casa, obviamente lleno. Como a los 25 minutos logra sentarse y al segundo siguiente le suena el celular.

Él ha tenido un día normal, relativamente tranquilo. Salio muy temprano como de costumbre y le dio un beso a ella dormida, suave, como para no despertarla; se tomó tres mates y se fue a su oficina. Llegó y se encontró con su amigo de la infancia que había retornado de Francia y tomaron un café mientras se entrometían una a otra las anécdotas de cada uno, entre sorbo y sorbo.
Relajado y desabrochando el último botón de la camisa se auto indicaba el final del día. Estaba preocupado por algo que no sabía ni él bien qué era. Sale de la oficina, cierra la puerta y se va a casa. Camina y piensa; y el amor hace que sienta lo que a ella le pasa, el pesadez de su día. Sin que nadie le cuente nada él lo denotaba. Camina y piensa media cuadra más y saca su celular del bolsillo y envía un mensaje.

“Entra despacio, sin hacer mucho ruido. Por favor.”

Él sabía lo que hacía, ella, emalentonada por su día, repatió puteadas internas.

Ella llega, abre despacio, casi sin hacer ruido ni con las llaves. En la casa hay luz tenue, algunas velas y sonaba el mejor tema del mejor disco. Se olía con claridad el perfume de su flor favorita, el jazmín. Desconcertada, revolea la cabeza sin freno, y en una de sus vueltas lo descubre a él, desfachatado y con un vaso por la mitad, de fernet, sentado en el sillón. Ella se acerca a él, se agacha y lo besa, y casi frente con frente le pregunta: “¿Y ésto?”. Él, claro y sin titubeos, le responde “lo que necesitabas, relajarte”, ella queda atónita y él retruca “en la cocina, preparé eso que tanto te gusta que te cocine”. Ella cerró los ojo, se reincorporó y se mordió el labio inferior, sin darse cuenta dejó caer su cartera al piso, y abriendo los ojos y mirándolo fijamente “te amo” susurró, “y no te imaginas cuánto yo a vos” le respondió él.

Dejaron la comida para otro momento…

La banda del Golden... Rocker´s


Dos payasos...



Un payaso


De risas y juegos.

Ya eran grandes, adolescentes mayores, pero jugaban como niños. Los dos eran de risa fácil, tímidos, pero extrovertidos entre ellos mismos. Compartían todo, hasta los sueños. Él soñaba con convertir las pesadillas de ella en sueños precioso. Ella soñaba con formar una familia, con él. Jugaban, vivían y se reían juntos.
En un momento rápido, así como queremos vivir lo malo, dejaron de sonreír y empezaron a llorar, juntos. Postergaron los sueños. Se hicieron duros esos juegos individuales. Muy duro soñar y archivarlo en un estante. Pero cada uno siguió jugando, encontrando nuevos compañeros, pero nunca una mejor compañía. Jugaron y se divirtieron con otra gente, sí, pero siempre terminaban recordando cómo lo hacían entre ellos; de memoria, priorizando la risa, como siameses despegados, como dos grandes almas formando una gigante. Entendieron que así debía ser, mezclar un poco de cada cosa para poder extrañar menos y volver a mirar al estante de los sueños, para que ellos mismos, sean. Y para que vuelvan a sonreír con fuerza, pero sin dejar de lado esa timidez.
Su juego favorito es las escondidas, cuentan hasta el infinito y relojean con un ojo a ver dónde se esconde el otro, así cuando terminan de contar van a buscarse ahí, donde saben que se encuentran, donde el cosquilleo en el estómago es grande. Cada uno sabe muy bien dónde encontrarse, y dónde encontrar la risa. Saben muy bien que después de la piedra (y llorar) está el (ser) libre, y de ahí el famoso “piedra libre”. Pero acá, en su reglamento no vale el “para todos los compas”, pero si el “para toda la vida”...

lunes, 26 de mayo de 2008

Con vos

No Necesito Nada -No te va a gustar -
Acostumbrado, equivocado
no veo el cielo, está nublado.
Apareciste sin que te buscara nadie no esperaba,
encontrarte ahí,
tal vez tu risa no tenía sombras no tenía cara,
fui todo lo que ví.
Me prestaste un beso, me prestaste calma,
me prestaste todo lo que me faltaba.
Tenés la receta justa para hacerme sonreír,
Y todo el tiempo,
sabés lo que me asusta, sabés lo que me gusta estar con vos.
Me robaste el cuerpo, me robaste el alma,
Ya es tuya la voz, con la que antes cantaba.
Me quitaste el sueño,
Me quitaste el habla,
Pero si estoy con vos, no necesito nada.

viernes, 23 de mayo de 2008

No todo esta perdido

Este dolor es parte de nuestro ser. Cada tanto, un piñon. Sufrir. Tragar saliva. Archivar un sueño. Es así. Ahora fue tener a la histérica y maldita copa tan cerca, más cerca que nunca, y comerse otro desplante. Pensé que se nos daba este año... El día que la ganemos, nada de besarla. Habría que fundirla. O empeñarla, y donar la guita a un comedor. Tanto rencor que acumula... Conmovedor esfuerzo el de anoche, como tantas veces. La hazaña estuvo a un paso, pero es la Copa. Siempre así. Una desgracia.
La injusta expulsión de Torres preparó el terreno para otro milagro. No lo hubo en la cancha. Pero lo habrá afuera, en las tribunas, en cada Cuervo. El milagro de siempre: un amor obstinado que sobrevive a las tristezas más profundas. Joven Cuervito (mati, facu...) que recién empezás a volar: esto es así, ya te lo he contado. Más malas que buenas. Aguante en serio. Ilusiones traicionadas. Como la vida. Pero si hoy te ponés la del Ciclón, si salís a la calle con la más hermosa de las camisetas, la que revoleaste en tantas jornadas de gloria, seguirás demostrando que te cagás en el oro, en la mercantilista imposición de ganás o no servís, en la pasión artificial, y que preferís envolverte en la azulgranada bandera de la dignidad, en ese sentimiento que no se oxida como una copa vieja.
Ser Cuervo es ser una metáfora. Es gritarles a los pusilánimes que hay esperanza, que nada está perdido, porque ahí veo a un pibe con surcos de lágrimas secas, dientes apretados y, burlándose de eso que llaman derrota, convencido de un amor que resiste a las pruebas más desoladoras, lleva puesta, sobre el alma, la camiseta de San Lorenzo.

Agradezco el esfuerzo, muchcachos. Lo dijo Riquelme: "un error en èsta instancia, te deja afuera" y lo tuvimos nosotros. La diferencia en èstos momentos es muy finita. El domingo aplaudirè en la cancha, y dejarè allí mi nueva garganta. Nueva por que cada lunes, o martes, me compro una nueva, por que todos los fines de semana la dejo en la tribuna. Como aquel sábado, despuès del fatidico 7 a 1. Te amo Ciclón, TE AMO.

miércoles, 21 de mayo de 2008

En el 124


Viajaba en el colectivo, en uno de esos asientos que vas dándole la espalda al conductor. Ya algo mareado y pensando en dormirme un ratito. El colectivo no tenìa gente parada, capaz uno o dos, no más. Todos los asientos estaban llenos. En una parada cualquiera, y antes de que me rinda en cerrar los ojos, subió una nena, con ropa precaria de unos 9 años, preciosa. Empezò dando un discurso como el vendedor de lapiceras. No vendía nada, entregaba estampitas, una a una, de esas que al reverso tienen el calendario. A la señora mayor que no se la aceptaba le repetía que era un obsequio, que no necesitaba entregarle ni 10 centavos por ella, que ella lo hacía para no robar, que sus padres le habian inculcado eso cuando vivían, que no tenga miedo, y rermataba con una sonrisa blanca y muy bonita.


Ami me toco una estampita que decía: "si la amas realmente, dejala ser libre!" adornado con corazones y osos... y naturalmente me salio una sonrisa, no tan linda como la de la nena a la señora, pero era una sonrisa. Yo andaba pateando piedras por ese entonces, con la cabeza enfocada en el piso, con los ojos llenos de lluvia. Andaba sin ganas de andar. Pensaba mucho y reaccionaba poco. Entonces tome fuerte la estampita, la mire detenidamente y el oso hombre estaba sonriente, como yo, como la nena a la señora. Fue allí que entendí. Fue ahí que comprendí verdaderamente cúanto te amaba, si es que existe alguna escala de medición de sentimientos. Y decidí dejarte ser, libre. A la nena le di un billete, no recuerdo si de 2 o de 5 pesos, y le regalé la estampita, le dije que la guardara ella y que no la vuelva a entregar, que cuando ande bajoneada la mire y recuerde que siempre siempre será libre, y siempre sus padres la van a amar. Siempre.

La nena me sonrio y me agradecio muchisimo, tambien elogié su sonrisa pero muy despacio para que no se sonrojara delante de todos. Mirè hacia adelante y muchos me estaban mirando, muchos sonrientes, la señora que habia despreciado la estampita de la nena la miro, observo la estampita y se la guardo en la billetera, sin dejar de darle una moneda a la nena.


Muchos meses despúes, precisamente hoy, volví a ver a la nena en el colectivo. Más grande, con la ropa menos desfachatada que en aquella oportunidad y con su sonrisa cautivando amores. La mire y me miro, y ambos sonreimos. Le pregunte si se acordaba de mi, me dijo que no. No se lo recorde. Sólo le dije que ella siempre es libre.

jueves, 15 de mayo de 2008

Como me gusta verte reir...

Valentina - "Panza"


Maylen - "India"

Las amo con el alma.