viernes, 23 de mayo de 2008

No todo esta perdido

Este dolor es parte de nuestro ser. Cada tanto, un piñon. Sufrir. Tragar saliva. Archivar un sueño. Es así. Ahora fue tener a la histérica y maldita copa tan cerca, más cerca que nunca, y comerse otro desplante. Pensé que se nos daba este año... El día que la ganemos, nada de besarla. Habría que fundirla. O empeñarla, y donar la guita a un comedor. Tanto rencor que acumula... Conmovedor esfuerzo el de anoche, como tantas veces. La hazaña estuvo a un paso, pero es la Copa. Siempre así. Una desgracia.
La injusta expulsión de Torres preparó el terreno para otro milagro. No lo hubo en la cancha. Pero lo habrá afuera, en las tribunas, en cada Cuervo. El milagro de siempre: un amor obstinado que sobrevive a las tristezas más profundas. Joven Cuervito (mati, facu...) que recién empezás a volar: esto es así, ya te lo he contado. Más malas que buenas. Aguante en serio. Ilusiones traicionadas. Como la vida. Pero si hoy te ponés la del Ciclón, si salís a la calle con la más hermosa de las camisetas, la que revoleaste en tantas jornadas de gloria, seguirás demostrando que te cagás en el oro, en la mercantilista imposición de ganás o no servís, en la pasión artificial, y que preferís envolverte en la azulgranada bandera de la dignidad, en ese sentimiento que no se oxida como una copa vieja.
Ser Cuervo es ser una metáfora. Es gritarles a los pusilánimes que hay esperanza, que nada está perdido, porque ahí veo a un pibe con surcos de lágrimas secas, dientes apretados y, burlándose de eso que llaman derrota, convencido de un amor que resiste a las pruebas más desoladoras, lleva puesta, sobre el alma, la camiseta de San Lorenzo.

Agradezco el esfuerzo, muchcachos. Lo dijo Riquelme: "un error en èsta instancia, te deja afuera" y lo tuvimos nosotros. La diferencia en èstos momentos es muy finita. El domingo aplaudirè en la cancha, y dejarè allí mi nueva garganta. Nueva por que cada lunes, o martes, me compro una nueva, por que todos los fines de semana la dejo en la tribuna. Como aquel sábado, despuès del fatidico 7 a 1. Te amo Ciclón, TE AMO.

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