viernes, 27 de junio de 2008

Abrazarte así.

Hoy estoy escribiendo. Me siento y escribo. Tengo ganas de no hacerlo, de ocupar este tiempo en otra cosa. En mirarte. En disfrutar del silencio que nos decora la habitación cuando tu cabeza descansa sobre mí pecho. Añoro esos momentos. Los guardo en lo más profundo de mi alma. Escuchar nuestra taquicardia, y mirarnos, y sostenernos así, en silencio, mirándonos y… abrazarnos.

Hoy estoy escribiendo. Estoy escribiendo “abrazarnos” y se me cae un lagrimón. Me acuerdo de un nuestros momentos. De nuestros “abrazarnos”. Es el idioma que más entendemos, que más feliz nos hace. Esos que me das por la espalda, fuerte y de sopetón. De esos cálidos, sentidos. De esos que me das después de la carcajada, de tentarnos. De esos de amor, de los más puros. De esos que solo vos podes dar. “Abrazarnos”.

“Abrazarnos” suena a ruego. A necesidad. A sueño cumplido y rezo de volver a cumplirlo. Una y otra vez. Y otra. Y que no haya última vez. Hoy me toca escribirlo. Sé y siento que vamos a volver a “abrazarnos”.

“Abrazarnos” es la manera que encontramos de sentirnos juntos. Vos conmigo, yo con vos. Siempre. Perdemos miedos de esa manera. Y disfrutamos de los placeres que nos dan los que aún quedan. De los miedos que aún quedan. “Abrazarnos” nos lleva a lugares inhóspitos, donde sabemos que podemos ser felices. Si “abrazarnos” es la consigna, ambos pensamos en la otra persona para dárnoslo. Te elijo, siempre te elijo a vos, por que “abrazarnos” es lo más hermoso que me paso en la vida.

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