martes, 28 de octubre de 2008

Dos de azùcar



A veces la vida te pone adelante algunos de esos momentos que son necesarios vivir. De esos que son necesarios para no estancarte en la estandarización del placer. De esos que son necesarios para sopapearte y despertar tu instinto natural de sobrevivir y de crecer.
Así nos trata la vida. Te da un poco de todo, de buenos y placenteros momentos, y de los otros los ácidos, los también necesarios.
Son necesarios por más que creamos que no. Esa creencia, en realidad, es una negación absoluta a la pérdida de lo genial. O de lo que entendemos por ello.
Yo soy de los que creen que no todo el tiempo se puede estar arriba, ni tampoco abajo. Pero si que es necesario tocar el fondo para poder llegar al cielo. ¿Qué es el fondo? El fondo es tú fondo, aún más abajo de lo que crees que podes estar. ¿Y el cielo, que es el cielo? El cielo es sentirte en el paraíso, el paraíso terrenal.

Me formaron malos momentos, soy lo curtido que salí de ellos. Un poco maltrecho al principio, tomándolo como un tramontina afilado clavado en el medio de mi pecho; y sanando esa herida devenida en cicatriz. Le experiencia y la acumulación de estos necesarios momentos me hicieron un poco mas inmune. No inmortal, sino inmune. Highlander hay uno solo y ya esta bajo tierra. Hoy lo tomo de otra manera, creo.
Se que son parte del todo, y se que analizar parte por parte no ayuda a estudiar el todo, que en el transcurso cosas se pierden. Prefiero estudiar, primero, lo supra y terminar con lo sub. Se que estos momentos ocurren, por mas que ninguno quiere que lleguen, ocurren. Nadie te va a preguntar si queres o no. Ocurren, y es por algo. Nada es por nada.
La respuesta más reincidente en la pregunta del porqué es por que así es la vida, y por que son tan necesarios como los buenos momentos. Balancear, compensar, tener y crecer.
La vida me enseño a que así tiene que ser. Que tengo que vivir así. Que tengo que acompañar y no tanto sostener, que no quiere decir que no sostenga. Que tengo que pensar mas en mi, y no desprotegerme y caer liquidado. Que las decisiones, a veces es la mejor salida. Y que hay que tener mucho huevo para tomar ciertas decisiones, mucho. Que hay un mensaje atrás de cada decisión. No creo que sea necesario saber qué dice ese mensaje, con comprenderlo y dejarlo ser se hace mucho más…

2 comentarios:

El Diablo Des. dijo...

Una de las cosas que me gusta de mi edad es poder ver hacia atrás y sonreír. Las tonterías que hice y los aciertos que tuve, me hacen quien soy hoy. No cambiaria nada por miedo a no llegar a donde estoy. A mi si me gusta comprender el porque de las decisiones, pero como bien dices, no siempre se comprenden.

Anónimo dijo...

Che caballo
y qué tal si actualizamos?
besoo
chuik
mua
Jak