Cuando la vida te pega donde mas te duele, la reacción no es
sensata, no pensás con claridad, atacas hasta a tu propio ser. Te duelen las
entrañas. Se te irritan las pupilas. Temblás sin remedio. Las sensaciones son
un tsunami.
Cuando la vida te pega donde mas te duele, sentís que será
eterno ese nudo en el pecho. Ese sentimiento incomparable. Esa angustia que se
replica en cada segundo. El llanto es protagonista, y te ves tan vulnerable que
te asusta hasta un viento fuerte.
Cuando la vida te pega, justo ahí, donde duele de verdad, sentís
que la puteada tiene verdadero sentido.
Para mi sos eterno. Vos sos parte de mi para siempre, y eso
no hay golpe que lo borre. Te pienso todo el tiempo y sé que vivís adentro mío
como siempre. Tan cabrón y tan empalagoso. Tan buena gente y tan transparente.
Para mi sos eterno.
Sos cada canción del ciclón, cada nube y cada estrella, cada
rayo de sol. Sos cada abrazo con palmada en la espalda. Sos el asadito en los
quinchos, el fernet y la discusión de fútbol más vivaz. Sos Campeón de América,
cada viaje de visitante, y aquellas vacaciones especiales. Sos el tío más genio
del mundo, el de los huevos de oro. Sos un enganche del Pipi. Sos la borrachera
en Rafaela, el queso con fideos, el peleador con mas huevos que conocí. Sos mi
amigo, el que siempre me preguntaba por todo y estaba pendiente de cada paso
que daba.
Es muy difícil cuando la vida te pega donde mas te duele,
demasiado difícil. Pero también sos el que me grita desde el rincón que me
levante y la siga peleando.
Cuando la vida te pega donde mas te duele, te vas a tener
que levantar y seguir peleándola. Un gordo eterno te va a estar gritando en tu rincón
que te pares y que le des para adelante, siempre para adelante. Por que él,
siempre va a estar al lado tuyo.
Te amo, hermano. Siempre con vos.